Ponte en la piel de un fiero pirata que surca los mares más peligrosos en busca de tesoros. Si quieres llegar con tu navío intacto, deberás unir fuerzas con otro corsario y jugar vuestra mejor mano de cartas. ¿Aceptáis el desafío? Sail es un juego de bazas cooperativo para dos jugadores, en el que tendréis que descifrar las intenciones de vuestro compañero/a y jugar cartas que, combinadas, os permitan hacer avanzar vuestro barco o derrotar al kraken. Obra de Akiyama Koryo y Kozu Yusei e ilustrado por Weberson Santiago, Sail ofrece partidas para dos jugadores, a partir de 11 años, de unos 20 minutos de duración. El objetivo consiste en llevar al barco hasta su destino sin que sea destruido por el kraken. A través de jugadas de cartas, los jugadores harán avanzar el navío y activarán habilidades para protegerse de la criatura marina. Para empezar a jugar a Sail se prepara el tablero según el escenario que queráis jugar; cada jugador tomará una carta de pirata con una poderosa habilidad, se prepara el mazo de juego, con cartas numéricas del 3 al 9, y se prepara el mazo del kraken. La partida consta de 5 rondas (o menos). Fuera de estas podéis hablar y discutir la estrategia, pero una vez repartidas las cartas, ya no os podéis comunicar hasta haber jugado la última baza de la ronda en juego. Tal como ocurre en otros juegos de bazas, el jugador que abre marca el palo que debe jugarse. Quien juegue el número más alto (del mismo color), gana la baza. Si las cartas que se han jugado en la baza forman una combinación de símbolos (timones, tentáculos de kraken, colas de ballena o cañones), se ejecuta una acción. Estas acciones hacen mover el barco, lo dañan o se ataca al kraken. Si os compenetráis bien, cada jugada os acercará a vuestro objetivo. Sin embargo, la descoordinación os puede llevar hasta aguas turbulentas. Tanto si os gustan los títulos cooperativos como los juegos de cartas, Sail os encajará en vuestra ludoteca. Contenido en caja pequeña y a un precio reducido, se trata de un gran juego que os planteará retos cada vez más difíciles en sus múltiples escenarios. ¿Preparados para surcar los mares, bucaneros?
